Escrito por Nicolo Gligo V. 2010
Mucha gente joven se pregunta el porqué del nombre “Laguna de los Cisnes” a ese gran espejo de agua cercano a Porvenir, dado que no se divisa casi ningún ejemplar de esta bella especie. Pareciera que el nombre pasó a la historia y que poco a poco esa laguna poblada décadas atrás por cientos y a veces miles de cisnes quedaría sólo en el recuerdo de algunos antiguos pobladores que aún viven.
¿Por qué se han ido los cisnes?
La respuesta no es simple, ya que han influido varios factores: Las menores precipitaciones que afectó a esa parte de Tierra del Fuego por casi veinte años hicieron que los islotes de la laguna se conviertan en penínsulas con pequeños istmos que las unían a tierra. A la sequía se unió un desvío que se hizo en 1973 de uno de los chorrillos que alimentaba la laguna, con el objeto de ampliar la pista de aterrizaje del aeropuerto de Porvenir, lo que influyó aún más en la disminución del nivel de sus aguas. Por esos istmos pasaron predadores, especialmente zorros, que destruyeron los nidos de muchísimos cisnes. Además, en varias temporadas ganaderas, los islotes fueron ocupados en el invierno con ovinos con su consecuente efecto perjudicial.
El 13 de octubre de 1982 por decreto N° 160 del Ministerio de Agricultura los siete islotes interiores de la laguna, con una superficie total de 25,3 hectáreas, fueron desafectados en su calidad de Parque Nacional y declarados Monumento de la Naturaleza. El cambio de estatus se tradujo en un mayor abandono, ya que el organismo que debería haberlo protegido, la Corporación Nacional Forestal, CONAF, si nunca se preocupó de ello cuando estaban bajo la categoría de parque; menos lo hizo bajo el nuevo estatus.
¿Cómo revertir esta situación para que regresen los cisnes?
Sería necesario convertir nuevamente las 25,3 hectáreas en islotes, separándolos claramente del terreno litoral de la laguna. Para ello, se podrían utilizar maquinaria de movimientos de tierra para hacer pequeños canales que cortaran los istmos. Complementariamente habría que hacer, junto a esos canales, cercos de malla que protegieran aún más el acceso a cada islote.
Todas estas medidas, sencillas y de bajo costo, sólo darían resultados si se cumplen dos condiciones: Por una parte, que se tenga una comunidad consciente de lo que significa este patrimonio; que lo defienda y proteja, para lo cual se deberían hacerse campañas de conocimiento estos bienes públicos, y de lo que significa como monumento natural. Y, por otra parte, que los organismos públicos asuman el cumplimiento de sus funciones protegiendo el área. Una labor complementaria de la Municipalidad de Porvenir y de la Gobernación debería contribuir a mejorar las labores de protección.
Si se toman estas medidas podríamos empezar a ver cada año mayores poblaciones de cisnes, con la esperanza de que en un futuro no lejano recuperemos la esencia que le dio el nombre a la Laguna de los Cisnes.
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